Iglesia de Cobos.
Por Mariano Gacimartín
Cobos de Segovia es un pueblo perteneciente a la Comunidad y Tierra de Segovia, y dentro de ella, al sexmo de San Martín, al que también pertenecen Muñopedro, Lastras del Pozo, Villacastín o Ituero (cabeza del sexmo), etc. Fue el más extenso y, en otro tiempo, el más poblado. En sus aldeas, contribuían indistintamente los vecinos nobles y los del estamento llano por ser de behetría en virtud de un privilegio concedido por el rey Felipe IV.
El Sexmo de San Martín ocupa la parte S.O. de la provincia y está constituido por un terreno eminentemente montañoso, aunque en el caso de Cobos no se cumple, pues únicamente existen pequeñas colinas o cotarras, como la del "Asomante". La economía de estos pueblos se relacionaba con la explotación del ganado lanar. Por aquí, confluían dos de las más importantes cañadas, "la leonesa" y "la Soriana", por las que iban y venían los rebaños de la trashumancia.
En las villas y aldeas de S.Martín, sus habitantes se dedicaban al pastoreo y a esquilar las ovejas (en Sagrameña, agregado de Párraces, había una casa de esquileo con sus lonjas, encerraderos, oficinas, etc. para uso de la cabaña de la Abadía que se componía de unas veintitrés mil quinientas cabezas más o menos). También vivían de lavar, cardar y tejer la lana. Leyendo el Catastro del Marqués de la Ensenada(mitad del siglo XVIII) vemos que en Cobos más de la mitad de su población activa trabajaba en esta actividad artesana.
La Historia de Cobos de Segovia va unida a la de la Abadía de Párraces, actualmente convertida en un caserío privado dedicado a la agricultura y a la ganadería, donde quedan importantes vestigios como dos claustros, un bello refectorio, una inmensa iglesia rodeada de un espectacular claustro, además de otras riquezas arquitectónicas de la época.
El origen de la Abadía se remonta al siglo XII, momento de la repoblación de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, a la que pertenecen los pueblos de la zona. Se dice que un noble, Don Blasco Galindo, de la familia de los Guzmanes, hizo donación de unas tierras a la Catedral de Segovia. Un grupo de canónigos, seguidores de la regla de San Agustín, solicita esas propiedades para retirarse, comenzando así la historia de Párraces que, con el tiempo, ve aumentar sus propiedades y privilegios. Consigue que Marugán, Bercial, Muñopedro, Cobos de Segovia, Etreros, Sangarcía y Aldeavieja - actualmente de Avila - se separen de la diócesis de Segovia y sea Párraces la que reciba de ellos los diezmos y las primicias.
En la segunda mitad del siglo XVI, Felipe II incorpora la abadía al Escorial, considerando que puede darle la base económica que necesita, escudándose en la relajación moral de los agustinos.
Las relaciones de Cobos con la Abadía nunca fueron buenas, como lo reflejan los documentos de esta época. Este pueblo lucha con todas sus fuerzas por tener su iglesia con el fin de poder administrar en ella los sacramentos y no tener que ir constantemente a la Abadía. No tuvo Cobos inconveniente en recurrir al Papa Julio II y al emperador Carlos I, si con ello lo lograba. Su carácter obstinado y su facilidad para pleitear les llevó, según cuentan, a poner "pleito al sol".
Cobos está alejado de los grandes ríos segovianos. Para sobrevivir utiliza el agua de sus fuentes (la Grande, la Chica, el Fontarrón) y de sus charcas (como la de San Gregorio, la de la Era o la de la Fragua, en otro tiempo llenas de exquisitas tencas).
Situado en el suroeste de la provincia, Cobos de Segovia dista de la capital 32 Km. A pesar de la distancia, desde el montículo en el que se eleva su iglesia es posible divisar, con la Sierra como telón de fondo, la esbelta catedral y el aguerrido Alcázar.
Dentro de la agricultura, el cultivo más extendido fue la vid, quedando restos de esa actividad en los lagares y las bodegas. Actualmente desaparecidos los viñedos, sus 70 habitantes enfocan sus actividades en la agricultura (trigo, cebada y girasol), junto con la ganadería.