Bella imagen gótica de Cañas. Foto guiarte. Copyright
En las cercanías del Camino de Santiago, pasado Nájera, hay que hacer una parada para conocer el Monasterio de Cañas, construcción cisterciense del siglo XIII, cuidadosamente restaurada, entre 1.943 y 1.975.
Al igual que ante otros muchos monumentos del Camino, escasamente publicitados, el viajero puede encontrarse aquí con las puertas cerradas. La visita, sin embargo, es sumo interés.
En el monasterio les facilitarán el acceso. Tanto las monjas como el capellán siempre han acogido bien al viajero.
En el lugar se recuerda al visitante que el monumento es una fundación debida a la religiosidad de Don Diego López de Haro y de su mujer Doña Aldonza.
La comunidad está orgullosa de la luminosidad y belleza de la estructura de la iglesia monástica. Tambien es bella la Virgen gótica, del siglo XIV, que ocupa un lugar destacado en la cabecera del templo, al inicio del magnífico ábside central integrado por dos órdenes de ventanales, de cuatro maineles el de abajo y tres el superior.
El monasterio de Cañas tiene el mejor gótico de La Rioja. Durante la restauración de la iglesia se optó por colocar el retablo, trabajo renacentista de Guillen de Holanda, a los pies de la nave, para dejar visibles las hermosas tracerías absidiales. Ha sido una decisión sabia, porque así se contempla con gozo cómo la luz inunda la nave a través del ábside, en tanto que el retablo se exhibe en la parte opuesta, en un marco que parece diseñado para la obra del maestro Guillen
Pero el viajero aún puede contemplar una joya más. Se trata de la hermosa sala capitular, que sostiene una magnífica columna expandida por las bóvedas como una palmera, donde se exhibe un notable sepulcro de la primera abadesa, doña Urraca López de Haro, obra del siglo XIII, de un gótico bello y primitivo.
Aparte de la abadía de monjas del Cister, la pequeña población de Cañas, de un centenar de habitantes, también tiene otro motivo de orgullo: es la patria de Santo Domingo de Silos.