La iglesia de San Pedro, en una esquina de la plaza Mayos. A su lado está la casa consistorial y la oficina de Turismo. Guiarte.com/Jose Holguera/http://www.grabadoyestampa.com
Interior de la iglesia de Santa María. Guiarte.com/Jose Holguera/http://www.grabadoyestampa.com
Cuevas de san Caprasio. Guiarte.com/Jose Holguera/http://www.grabadoyestampa.com
Exterior de la ermita de Belén. Guiarte.com/Jose Holguera/http://www.grabadoyestampa.com
Por Artemio Artigas
Esta localidad, ubicada a unos 45 kilómetros de la capital burgalesa es el principal centro de la Riojilla Burgalesa, y ya tuvo poblamientos en la prehistoria, antes de su fundación romana. En la Edad Media desempeñó un activo papel. Era ciudad amurallada y con castillo, con feria comercial y una variada población, entre la que se contaba la de una importante judería.
Su vigor comercial se asentaba en su ubicación geográfica, como llave para comunicar el valle del Ebro con la Submeseta Norte. Este vigor perduró hasta la época de los Reyas Católicos, en la que se acabó desapareciendo la judería.
Desde la antigíedad, Belorado se valoró como importante punto del Camino de Santiago y contó con hospitales. Varios albergues siguen sirviendo en la actualidad para acogida de peregrinos.
La bella plaza Mayor, con recios soportales, es el punto más activo del lugar, en un casco urbano que aún conserva resabios medievales. En la plaza Mayor están tanto el Ayuntamiento como la oficina de Turismo, así como el popular templete.
La iglesia de San Pedro tiene parte de la época gótica pero fue ampliamente remodelada en siglos posteriores, por lo que aúna elementos de diversos siglos tanto en su estructura como en su interior, en el que destacan el retablo y el órgano barrocos.
La iglesia de Belén tiene origen medieval, pero su estructura es básicamente del XVIII y del XX.
La iglesia de Santa María, al pie del cerro del Castillo, es de origen renacentista y tiene tres naves. Su portada fue rehecha en el siglo XX.
De la iglesia renacentista de San Nicolás quedan unos venerables muros junto a la torre del reloj, un conjunto que provoca en el viajero la añoranza por los tiempos en los que Belorado fue un lugar de mayor pujanza.
También quedan escasos restos del viejo castillo medieval, ubicado en un cerro que domina el casco urbano. A sus pies, en el talud del cerro, se hallan las cuevas de san Caprasio, previsiblemente utilizadas por eremitas en la alta Edad Media.
Ya en el oeste de Belorado, cerca del río, está el convento de Nuestra Señora de Bretonera, renacentista, en un entorno apacible en el que aparece un crucero de evidente inspiración galaica.
Desde tiempos pasados, Belorado ha tenido prestigio por sus grupos de danzadores que ejecutan sus danzas tradicionales en los festejos locales.
El lugar, de unos 2000 habitantes, posee amplia oferta hotelera y de restauración.