La sólida torre de Barcial es lo más llamativo del pequeño lugar. Fotografía de guiarte.com
A menos de dos kilómetros hacia el norte de Villaveza se halla Barcial del Barco, un lugar pequeño, situado sobre un otero que domina la anchurosa y rica vega en la que se encuentran el Órbigo y el Esla. Lo más bello del lugar es la iglesia de Santa Marina, pequeña, pero con una bella torre que arranca de forma cuadrangular y se hace octogonal a media altura. El entorno del bello templo está pidiendo a gritos un adecentamiento.
Si el viajero tiene la suerte de encontrar al párroco o a Manuel, que también tiene las llaves del templo, se hallará con una sorpresa agradable. El retablo tiene unas interesantes pinturas, en la que se reflejan diversas escenas religiosas, algunas de notable belleza. Merecen unas buenas medidas de seguridad y una urgente restauración. También en Barcial se aprecia la tradición jacobea. El templo conserva una buena talla de Santiago Apóstol, del siglo XVI.
La iglesia se asoma sobre un paisaje de tonos verdes: la anchurosa vega del Esla, el viejo río Astura, el que daba nombre a una de las naciones más importantes de la Hispania de época prerromana. Al otro lado del anchuroso valle aparece Benavente.
Si quien hace la Vía va andando o en Bicicleta, lo recomendable es seguir el trazado de la vía férrea, que avanza casi recta desde Barcial a Benavente. Desde el puente de la vía se disfruta una excelente vista. Luego se avanza entre magníficos campos de cultivo. Se puede dejar la vía férrea al llegar al pequeño pueblo de Villanueva del Azogue, ya a las puertas de la expansiva ciudad.
