Patio de los Dominicos.
Corral de comedias.
Por Jose Luis Murcia Almagro es una de las grandes joyas de España. El lugar tiene algo menos de 10.000 habitantes, pero un sorprendente patrimonio, una ciudad que progresó bajo el dominio de la Orden de Calatrava y que luego recibió los favores de la historia en el siglo XVI de la mano de los banqueros alemanes y flamencos.
Almagro es una ciudad sorprendente, con patios de todas clases. Patios con historia, con mucha historia. Las temperaturas extremas de La Mancha hicieron que los árabes trajeran hasta aquí la cultura de los patios. Una cultura que ha sobrevivido con el aporte de diversas épocas y civilizaciones.
Esa cultura es patente desde su Plaza Mayor, una isla de influencia flamenca en plena meseta, y que se extiende por el Patio de los Fúcares (Függer), el Claustro del Convento de los Dominicos, el Palacio de los condes de Valdeparaíso, el Corral de Comedias, los Palacios Maestrales, el Parador Nacional (con 16 patios), el Convento de la Encarnación o el Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de la localidad, conformando un encaje de patios a imagen y semejanza del otro encaje, el de bolillo, de tradición flamenca, que fue introducido en Almagro por los banqueros de Felipe II y sus acompañantes cuando se instalaron allí en el siglo XVI.
Almagro, cuna de Calatrava, cuyo nombre viene probablemente del árabe almagreb (tierra arcillosa rojiza con óxido de hierro que se utilizaba para pintar vigas y columnas en la zona), es un oasis en el medio de La Mancha.
Ser la sede de la Orden de Calatrava y la ubicación de los banqueros flamencos y alemanes de Felipe II como concesionarios de las minas de mercurio de Almadén, a cambio de sus préstamos, trajo un aura de prosperidad a la comarca.
Almagro es un paseo por la historia. Merecen una visita la iglesia de los Dominicos, San Bartolomé, la de la Madre de Dios, las ermitas de San Juan, San Blas o San Francisco, así como la de San Agustín, hoy convertida en lugar de exposiciones.
La magnífica Plaza Mayor, destino de la mayoría de los visitantes, sorprende por su estructura con soportales de piedra. Fue engrandecida por los Függer junto a otras familias, parientes o empleados. En ella se encuentra también la Casa Consistorial que data también del siglo XVI
En la Plaza Mayor, plena de tabernas de todos los estilos, se muestra ya un buen avance de la gastronomía típica de la zona en la destacan las berenjenas de Almagro, variedad típica de esta área; las gachas de harina de almorta (plato típico de harina frita con pimentón y añadidos de torreznos o hígado de cerdo), el tiznao (plato a base de bacalao y pimientos secos) o las migas.
Quien quiera gozar de unos días de turismo tranquilo puede reposar en el Parador Nacional, antiguo convento, que es un oasis de paz donde también puede degustarse cocina del territorio.
En Julio, coincidiendo con el Festival Internacional de Teatro, merece la pena una visita especial a Almagro, pese al calor veraniego de La Mancha. En esos días, abre sus puestas esa joya del espectáculo, única en su género, que es el Corral de Comedias, que data del siglo XVII, y donde se estrenaron obras de Calderón de la Barca, Miguel de Cervantes o Lope de Vega.
Saliendo de Almagro en dirección al este pasamos pronto por Moral de Calatrava, de un interesante conjunto urbano, de agradables calles y construcciones de sabor manchego, con iglesia parroquial del siglo XIII, reformada en el XVI y épocas posteriores.
Almagro. Ayuntamiento. Plaza Mayor, 1. Teléfonos 926 86 00 46 - 926 86 10 79 - Fax: 926 86 12 26.
Oficina de Turismo Almagro. Calle Bernardas, nº 2 (Palacio del Conde de Valparaiso). Teléfono 926860717
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