El castillo de Alarcón es el mascarón de proa de esta bella ciudadela conquense. Foto guiarte. Copyright
Apenas tiene poco más de dos centenares de habitantes, pero ello no es óbice para que Alarcón, en la orilla de la carretera Nacional 3, sea una de las poblaciones más atractivas de la provincia de Cuenca. Es conjunto histórico-artístico. Se trata de un lugar que conserva su estructura medieval amurallada, sobre un cerro rocoso parcialmente rodeado por el Júcar, con un notable conjunto de edificios históricos y de valor artístico, en el que figuran las murallas, diversas iglesias y un castillo, actualmente parador de turismo.
El lugar sobre el que se sitúa la población ya tuvo población prehistórica. Fue transformado en punto fuerte durante el periodo árabe y conquistado por las tropas cristianas en tiempos de Alfonso VIII, tras nueve meses de asedios, desempeñando un notable papel hasta época de los Reyes Católicos
Alarcón fue en la Edad Media una plaza que dominaba sobre parte de las actuales provincias de Albacete y Cuenca; tuvo sus propias mesnadas que participaron en la batalla de las Navas de Tolosa.
En la población vivió el propio Alfonso VIII, así como el infante Don Juan Manuel, quien escribió parte de su obra en estas tierras.
El recinto amurallado es notable y se conserva con bastante calidad. Su estructura es de época árabe y cristiana. Cuenta con airosas torres y tres recintos de muralla. El Castillo, de planta irregular, es como un elevado mascarón de proa que se arrima hacia el extremo más saliente del entramado urbano.
De él sobresale el airoso torreón del homenaje. La obra es de base árabe y de la época de la conquista, siglo XII, aunque la mayor parte de la estructura parece ser del XV. Está bien restaurado y desempeña ahora el pacífico papel de alojamiento turístico.
Al pueblo se accede tras pasar por un istmo y tres puertas defensivas.
En el espacio urbano se despliega un atractivo conjunto de edificios de cierto interés. La parroquia es la iglesia de Santa María, templo de tres naves, del siglo XVI, con portadas renacentistas. Destaca la meridional, atribuida a Esteban Jamete de Orleans, con airosas columnas que sustentan un entramado de hornacinas. El retablo mayor es valioso, también del XVI.
La iglesia de la Trinidad, de dos naves, es de los siglos XIII y XIV. Dos naves y una portada plateresca. Tiene interesantes pinturas del XVI. La torre se asienta sobre un arco, que cruza la calle.
La iglesia de San Juan bautista está en la Plaza Mayor. Es del siglo XVI y se caracteriza por su solidez y austeridad clásica.
Al lado de la iglesia de San Juan está el ayuntamiento, en un magnífico edificio del siglo XVI, en el que destacan sus cinco arcadas.
Aún hay algún otro elemento de interés, como la bella portada renacentista de la Casa de los Castañeda.
Aislado por el río, y con un terreno poco fértil en buena parte del entorno, Alarcón ha languidecido desde el XVI en adelante. Tal vez ese propio aislamiento facilitó su conservación.
Cerca del núcleo urbano está la carretera Nacional III, que une Valencia y Madrid, lo que ha facilitado el asentamiento en el entorno de diversos establecimientos de hostelería. También tiene en sus proximidades el embalse de Alarcón, en torno al cual hay excelentes espacios para el paseo y el descanso.