AÍNSA, PUERTA DE LOS PIRINEOS DE HUESCA
Texto y fotografías de Miguel Moreno.
El pueblo de Aínsa, al norte de la provinica de Huesca, nació para el control del paso de los ríos Cinca y Ara, y a la vez se sirvió de estos dos rápidos torrentes pirenaicos para reforzar su carácter de plaza fortificada.
La traza medieval persiste en sus calles, aunque las casas parecen posteriores, muchas de ellas fechadas en el siglos XIX.
En cualquier caso, el cuidado de los dueños de las viviendas, y la afluencia de un turismo de calidad (compuesto por montañeros sensibilizados con el medio ambiente y por ciudadanos franceses que vienen a disfrutar del ambiente y los precios españoles) han propiciado la conservación de las viviendas, los edificios públicos y las fortificaciones.
Se trata de una arquitectura integrada en el paisaje, construida a base de piedra y pizarra que refulge bajo el sol y brilla cuando llueve.
Pero Aínsa, cabecera del Sobrarbe, sirve también como base de partida de hermosas excursiones por los Pirineos: El cañón de Añisclo es un sorprendente cortado por el que serpentea una carretera no menos asombrosa. El parador del Monte Perdido se encuentra también en el fondo de un valle desde el que se divisan las nieves, las cascadas y los prados.
En Aínsa, y en el resto del Pirineo Aragonés, se disfruta también de buen clima en verano, nieve y esquí en invierno, y gastronomía todo el año. Las comidas tradicionales se basan en el cordero y el cerdo, así como en las migas o en los dulces tradicionales.
Pero no hay que perder de vista la carne de vacuno, que en aquellas verdes montañas no necesita piensos ni aportes complementarios.
Oficina de Turismo de Aínsa: Teléfono y Fax: 974 500767