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Dicen que el nombre del lugar deriva del árabe (Al-hawan) que se refería a una localización acuífera. Su historia le ha deparado una época de relativa importancia, cuando el ferrocarril de Lucainena llevaba mineral al descargadero de Agua Amarga. Aún quedan restos, arqueología industrial, de unas actividades que perduraron durante el siglo XIX y primeros del XX.
Hoy, Agua Amarga vive pensando en el turismo, y es un lugar en crecimiento, con lo que el peso de su tradición pesquera, agrícola y pastoril pierde relativa importancia ante el auge de la hostelería y las viviendas turísticas. Aún así, los habitantes del lugar siguen cuidando algunas huertas.
La blancura del lugar y la cercanía de playas y calas invitan al descanso. Para llegar allí hay que dejar la autopista que va a Almería a la altura de Venta del Pobre, y emprender camino en dirección a Carboneras. Antes de llegar a esta localidad, un desvío que surge a la derecha conduce a Agua Amarga.
La playa es buena, de excelentes aguas. Cerca está la playa de los Muertos, de triste nombre pero de aguas transparentes y arena blanca. El Nombre deriva del hecho de que las corrientes de agua de la zona arrojaban restos de naufragios a este lugar... y entre éstos, pues llegaban los cadáveres de los infortunados.
La Mesa de Roldán, con su torre vigía, es un lugar excelente como mirador de un paisaje atormentado de interés geológico.