Vista desde la Playa de A Cova. Foto Guiarte Copyright
Vista desde el mirador de Cabo do Mundo. Foto Guiarte Copyright
Iglesia de A Cova. Foto Guiarte Copyright
El espacio es sumamente bello. El río Miño hace un gran meandro, corriendo al fondo de un valle cubierto de verdor. Bosquecillos y viñedos de mencía y albariño cubren las empinadas vertientes, apareciendo, aquí y allá, viviendas diseminadas.
El templo de San Martiño de Cova es románico, y es lo que pervive de un pequeño monasterio medieval, del que se tienen noticias escritas desde el siglo XIII. Es obra de finales del siglo XII.
En la bajada de la pequeña carreterita hacia A Coba, aparece un letrero que anuncia el mirador de “O Cabo do mundo”. Merece la pena detener el automóvil y recorrer unos doscientos metros hasta el final del sendero. Este pequeño recorrido se hace en medio de un bosquecillo de robles, eucaliptos, castaños y mimosas, hasta que al final se divisa una vista magnífica del meandro que describe el Miño.
Si retomamos el descenso, la ruta nos lleva hasta la iglesia de A Cova, en un bello emplazamiento, entre los viñedos. Es una sencilla obra románica, de excelente piedra, con ábside semicircular, líneas austeras y portada con doble arquivolta.
Si avanzamos hacia el fondo del valle, alcanzamos otro punto sumamente atractivo. La playa de A Cova. Tiene una zona recreativa y un espacio cubierto de arena traída de la costa del norte de la provincia. El espacio es plácido y bello, e invita al viajero al reposo o la lectura …o a un chapuzón en las tranquilas aguas de este río lleno de encanto.
Por Artemio Artigas