Qué ver en Monforte

Monasterio benedictino de San Vicente

Cuando el viajero se acerca a Monforte descubre en primer lugar un cerro de porte altivo sobre el que se yergue un conjunto monumental de gran atractivo.

Allí están una Torre de Homenaje, el Palacio de los Condes de Lemos, habitado más tarde por los Duques de Alba, y el cenobio benedictino de San Vicente

Originario del siglo X, el edificio actual es del XVI y XVII, con fachada neoclásica. La iglesia, de fachada renacentista es de traza gótica.

Lo más notable del conjunto es el claustro, de tres alturas, de una piedra excelentemente trabajada. Es de traza neoclásica y destaca la segunda planta por su airoso diseño. Debajo del patio se guarda un aljibe en el que se recogían las lluvias del centro para surtir las necesidades del cenobio

En la actualidad este monasterio está ocupado por un establecimiento de la Red de Paradores.

Palacio de los Condes de Lemos

La residencia señorial de los condes de Lemos ocupa uno de los puntos más elevados de la ciudad, a unos metros del monasterio de San Vicente, actual Parador de Turismo.

Es una sólida edificación de piedra, de tres plantas, básicamente del siglo XVIII, pues fue rehecha tras un incendio.

En los basamentos de la edificación hay construcción romana. El portal de acceso es del siglo XVI, en el mismo lleva dos escudos de mármol blanco con los blasones señoriales.

En la actualidad es una dependencia utilizada para el servicio del Parador de Turismo.

Los recintos defensivos

La Torre del Homenaje, magnífica, de 30 metros de altura, es el elemento más visible de los recintos defensivos medievales.

Éstos, ubicados en el entorno del cerro de San Vicente, incluían un castillo y las murallas.

La Torre es un elemento visitable, desde cuya cima se contempla una magnífica vista de la zona, y de esta ciudad que riega el río Cabe.

De la muralla medieval se conservan algunos trazos, que corresponden a los siglos XIII al XV.

El Escorial Gallego

El Cardenal Rodrigo de Castro, de la familia señorial de Lemos, fue uno de los grandes hijos de esta urbe en el siglo XVI. Él fue el impulsor de la fundación del Colegio de Nuestra Señora de Antigua, el Escorial de Galicia.

Y tiene bien merecida esa fama, porque, iniciado en 1593, guarda cierta semejanza constructiva con la obra escurialense, algo que el viajero confirma al ver la silueta del edificio, con las torrecillas en los extremos y la iglesia, poderosa, dominando el centro de la imagen.

Ese aire herreriano no es casual, pues el arquitecto del edificio fue Juan de Tolosa, jesuita, discípulo de Juan de Herrera.

Guarda excelentes joyas como una estatua de Juan de Bolonia y cuadros del Greco y Andrea del Sarto.

El edificio conventual cuenta con sendos patios y su entorno ha sido bellamente ajardinado y abierto a todos los ciudadanos de Monforte, con lo que la ciudad ha ganado en belleza al incorporar al uso publico una extraordinaria zona verde y monumental.

Santa Clara

El monasterio de las Clarisas se ubica al otro lado del Cabe, y alberga una comunidad de franciscanas descalzas, así como uno de los mejores museos de arte sacro de España.

El edificio es del siglo XVII, con modificaciones posteriores, y es una obra pía de los señores de Lemos.

En el Museo de Arte Sacro se muestran magníficas obras de orfebrería, ornamentos y esculturas de autores notables como Gregorio Fernández y Juan de Mena.

Las monjas clarisas -como las de muchos otros conventos- gozan fama de buenas reposteras.

El Puente Viejo

La corriente del Cabe está cruzada por distintos puentes, el más famoso de ellos es el denominado Puente Viejo.

Se dice que las bases del puente son romanas, y que sobre la vieja estructura se construyó el actual, en el siglo XVI, por el maestro Pedro Rodríguez de Remberde.

El puente es sencillo y tiene belleza. Cuenta con seis arcos, de los cuales los dos de los extremos están inutilizados.

El paseo por la orilla del río es agradable, desde el entorno del Puente Viejo hasta los jardines que existen tras el Colegio de Nuestra Señora de Antigua.