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Macabra Viena

Un cementerio, una cripta funeraria o un museo que de enterramientos son algunas de las curiosidades que los viajeros más morbosos podrán conocer en la ciudad de Viena.

Viena, 29 de noviembre de 2011
El Cementerio Central Vienés se abrió en 1874, cuando el número de habitantes de Viena estaba aumentando de forma vertiginosa y por consiguiente aumentaba la demanda de lugar para enterrar a los difuntos.

Con sus 2,5 km² de superficie, el cementerio, ubicado al sureste de la ciudad, es el segundo más grande de Europa (después del cementerio alemán Hamburg Ohlsdorf), pero es el mayor de todos en número de seputuras, que se eleva a unos tres millones.

Está estructurado en una zona interconfesional y varias secciones para religiones determinadas, entre otros hay un sector para la religión judía, otro para la cristiano ortodoxa, para la musulmana y la budista.

El artista André Heller dijo una vez que el Cementerio Central es un afrodisíaco para necrófilos, pero sobre todas las cosas no cabe duda de que este es un lugar genuinamente vienés.

Hay quienes hacen una excursión familiar para visitar este cementerio con sus numerosas tumbas de honor y para pasearse por las hermosas alamedas (el entramado de calles del cementerio tiene un total de 100 kilómetros de largo).

La iglesia " San Carlos Borromeo" situada cerca de la entrada principal es un edificio construido en estilo modernista "Jugendstil" por el arquitecto May Hegele, quien fue discípulo de Otto Wagner. Su interior está exquisitamente decorado con baldozas, murales y un mosaico en la capilla con un total de 999 estrellas pintadas sobre un fondo azul marino.

La Cripta de los Capuchinos, como parte del Monasterio de los Capuchinos situado en la plaza Neuer Markt en el centro histórico de Viena, es el principal sepulcro de la familia Habsburgo, un lugar colmado de significado, en el que se refleja toda la historia de la dinastía de Habsburgo. Aquí se enterraron todos los emperadores de la Casa de los Austria desde el inicio de su poder en el siglo XVII ( con excepción de Rodolfo II, Fernando II y Carlos I ) . Los sarcófagos y los monumentos de las tumbas están llenos de símbolos religiosos y alusiones a la finitud del poder terreno. Francisco José I (1916) es el último emperador que fue sepultado en este lugar, también llamado Cripta de los Emperadores, en el que yacen en total 150 personas. El 16.7.2011 fueron conducidos a la Cripta de los Capuchinos los restos de Otto Habsburgo-Lorena, hijo del último matrimonio imperial, foramado por Karl y Zita. También los sarcófagos de la Emperatriz Elisabeth (Sisi) y del príncipe heredero Rodolfo se encuentran en la Cripta, que sigue siendo velada por la orden católica de los capuchinos.

El museo vienés de sepulturas, con sus mil objetos en exposición, brinda una clara visión de la cultura funeraria, de los rituales fúnebres y de la peculiar relación de los vieneses con la muerte (se dice que los habitantes de Viena mantienen una relación muy peculiar con lo macabro).

Entre los mil objetos relacionados al culto a la muerte se encuentran los trajes de luto, fajas y otros accesorios que solían usar los sepultores, así como diversos modelos de urnas, sarcófagos y carruajes funerarios. Llaman la atención algunas piezas como la campana de salvación, con la que una persona que había sido dada por muerta, desde su encierro en el sarcófago podía llamar la atención para que la salvaran y poder volver así a la vida de los mortales.

Cripta de los Capuchinos. Imagen Turismo de Viena Copyright

Cripta de los Capuchinos. Imagen Turismo de Viena Copyright

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