La ciudad grecorromana
El yacimiento arqueológico de Éfeso se visita siguiendo un itinerario que conduce al viajero ante notables restos de la antigua ciudad grecorromana.
Si iniciamos el recorrido por el este, desde la antigua calle que conducía al puerto, nos encontraremos de frente con el magnífico teatro. Ante él giraremos a la derecha, para continuar por otra calle recta, vía Marmórea, que nos conduce ante el monumental edificio de la Biblioteca de Celso, a cuyo lado está la puerta de Maceo y Mitrídates.
Ante la portada de la biblioteca aparece la calle de los Curetes que nos lleva ante espacios magníficos, como el templo de Adriano, casi enfrente de este se halla un grupo de casas que muestran la elevada calidad constructiva y decorativa. La calle de los Curetes era una de las más nobles de la ciudad y por eso se puede ver cómo estas casas se hallaban cubiertas de pinturas murales, y con suelos cuidados cubiertos de mosaicos.
Más adelante, aparece la Fuente de Trajano, construida en homenaje al emperador romano de origen hispano. Los restos están bastante deteriorados, aunque en el museo de la ciudad de Selçuk se conservan algunas de sus estatuas halladas en las excavaciones.
Finalmente, pasados los restos de la puerta de Hércules, aparecen los del templo de Domiciano y el odeón, entre otros vestigios de edificios civiles y religiosos.
Fuera de este trayecto, cabe visitar el espacio ahora vacío en el que estuvo el famosísimo templo de Artemisia, y ya en las inmediaciones de la ciudad de Selçuk, el fuerte que corona el cerro, la mezquita de y los restos de la iglesia de San Juan.
Éfeso. Pavimentos de mosaico ante la calle de Curetes. Imagen de Miguel Ángel Álvarez/guiarte.
Interior de una de las casas de Éfeso. © Austrian Archaeological Institute//UNESCO
Fuente de Trajano, en Éfeso. Imagen de Miguel Ángel Álvarez/guiarte.