Ciudad de México, 15 de febrero de 2012
Del 16 de febrero al 22 de abril de 2012, La exposición Moda y Modernidad está conformada por ochenta y cuatro vestidos, prendas masculinas, ropa íntima, accesorios, joyería, revistas, mobiliario y obras de arte, de 1780 a 1930, y muestra el vestido en el marco de la cultura moderna y sus valores.
Hasta fines de la Edad Media y principios del Renacimiento la moda surge, cual manifestación del deseo social, por el cambio constante y la búsqueda de una mayor democratización del atuendo. El vestido, además de proteger el cuerpo, salvaguardar la modestia y el pudor, comenzó a vivirse como emblema de lo singular.
En la exhibición sorprenden el preciosismo de la hechura, las tallas de los hombres y mujeres que utilizaron esas prendas, o hasta el largo lapso que tomaba el arreglo personal cotidiano.
Textiles de seda natural, drapeados de esmerada confección, ornamentaciones y suntuosos materiales como hilos de oro y plata, conviven con pinturas, gráfica y mobiliario de la colección del Soumaya.
En la colección destacan piezas como los chalecos masculinos de 1780; suntuosos vestidos del siglo XIX con crinolinas amplísimas o con polisones que llegaban a pesar hasta cuatro kilos; vestidos franceses de lamé de plata, ejemplo de los talles diminutos e imposibles hoy en día, por el entonces uso cotidiano del corsé; trajes charleston para coctel, calzado atrevido para 1890, botas barretes que permitían ver el empeine hasta la pantorrilla, así como Costureros antiguos, patrones de la posguerra y otros instrumentos de la industria de la moda.
EL RECORRIDO
La historia del vestido es referencia central de la moda, una pauta de cambio que impregnó distintos sectores con rapidez: el mobiliario, los objetos decorativos, el lenguaje y las formas, los gustos y las ideas, la música, los artistas y las obras culturales. En palabras del sociólogo francés Gilles Lipovetsky la moda es dispositivo social caracterizado por una temporalidad particularmente breve, por virajes más o menos antojadizos […]. También es cierto que hacia los siglos XVIII y XIX la indumentaria ya encarna el proceso de la moda, sus caprichos, la fugacidad y la contingencia como ningún otro objeto.
En este contexto, los ámbitos expositivos son:
Lo efímero. Valores de la modernidad
El deseo sin fin de novedad. Vestidos con imponentes crinolinas y cantidades enormes de lienzos y encajes. Elegantes vestidos de noche que debido al corsé y sus larguísimas caudas daban al cuerpo la apariencia de un de reloj de arena hasta flappers de cortes tubulares para bailar charleston o asistir a un coctel, que mostraban piernas, brazos y hombros.
Las reglas de etiqueta. Democratización de la indumentaria
Los atuendos buscaron democratizarse en los ritos cotidianos y encontraron en los manuales un sentido de pertenencia. Las mujeres, apoyadas por sus familias, deseaban casarse de blanco como la reina Victoria en 1840 y también siguieron sus rigurosas tradiciones en cuanto al luto. El vestir en función de la moda ya no era privativo de la aristocracia sino que se ajustaba a los presupuestos del resto de la sociedad.
Seducción femenina y masculina
Las fantasías se transforman a lo largo de los siglos. Sobresalen los trajes y chalecos masculinos de 1780 con ornamentos de seda y los accesorios femeninos como abanicos y pañuelos, ambos con entrañable lenguaje secreto.
El comercio de la moda
En la moda el binomio creación-producción es inseparable. Por un lado existe un profesional –llámese modisto, costurera, o diseñadora– que busca la belleza en el atuendo y el arreglo personal. Muchos de estos artífices, han triunfado no sólo por su buen gusto y sentido de vanguardia, sino en algunos casos también por su talento en las relaciones personales y en el mundo de los negocios. Ellos fueron el vértice de una pirámide. Pequeños creadores y comerciantes han seguido las innovaciones promovidas por la alta costura hasta llegar a la gran población, en donde hábiles, y talentosas manos dejaron huella. Tanto unos como otros pueden apreciarse en la exhibición.
En este núcleo se exhiben objetos relacionados con tres aspectos fundamentales: casas de alta costura, que eran los principales emisores de las novedades; grandes almacenes, que buscaban repetir los modelos en boga a costos más accesibles que el de los diseñadores y, por último, confección en casa, que seguía las tendencias universales a través de patrones de moda y revistas, con recursos propios.
Moda y arte
Una última sección donde podemos ver la dramática e impactante transformación del vestido femenino a partir de 1840 y hasta 1920 en donde se encuentran cruces con el arte e importantes cambios culturales.
Forum Cultural Guanajuato | Museo de Arte e Historia de Guanajuato Prolongación Calzada de los Héroes No. 308. León, Gto. http://forumcultural.guanajuato.gob.mx
Museo Soumaya. Fundación Carlos Slim presenta su colección de moda en Guanajuato. Confección anónima. Vestido de baile (detalles) c 1873.
H. Charles | La Moda Elegante Ilustrada, España (detalle) | 1886 | Litografía a color
Confección europea |Vestido de calle estilo Segundo Imperio| c 1867 | Cuerpo emballenado, falda y sobre falda de muaré sobre faya de seda. Bordados en punto de cadena
Trabajo europeo | Abanico | c 1905 | Plumas de avestruz. Varillas y padrones (3+2) de baquelita