El misterioso celacanto

Ginebra, 23 de enero de 2014
El celacanto se creía extinto desde el período Cretácico, pero apareció un ejemplar vivo en 1938, capturado por unos pescadores en aguas de África del Sur.

Estos peces son cercanos a los vertebrados terrestres y su descubrimiento fue una sorpresa para la ciencia, que creía que se trataba de un animal extinto muchos millones de años atrás. Desde su hallazgo en la primera mitad del siglo XX se han localizado otros ejemplares en el ámbito oceánico entre el entorno de Indonesia y Sudáfrica, aunque se sabe poco de la especie, que suele habitar en cuevas de gran profundidad.

El biólogo y fotógrafo submarino Laurent Ballesta (Montpellier 1974) consiguió localizar a uno de estos animales en la llamada expedición "Gombessa" de abril de 2013, un proyecto realizado con el apoyo de la firma Blancpain.

Ahora, en Ginebra, se presenta parte de los resultados de la expedición que requirió 40 días de buceo en aguas profundas para satisfacer el ansia de descubrir a esta criatura marina legendaria. Películas, fotos y material de buceo, documentan el trabajo en la Cité du Temps.

Según informa la entidad promotora de la muestra, este pez prehistórico que se creía extinto hace 65 millones años lleva en sí las huellas del tránsito entre los peces y los primeros vertebrados terrestres con cuatro patas y es prueba viviente de los fenómenos evolutivos que posibilitaron la salida de las especies de su entorno acuático a la tierra, hace unos 370 millones de años.

La expedición "Gombessa" reunió a un equipo científico internacional de genetistas, biólogos y paleontólogos que han estudiado por primera vez el celacanto en su entorno natural. Para ello, el equipo de buceo ha evolucionado en un mar inhóspito, para lograr un trabajo minucioso a más de 120 metros de profundidad. La expedición se traducirá en un amplio documental que estrenarán ARTE y France 2.

La exposición en la Cité du Temps relata la búsqueda personal de Laurent Ballesta quien preparó este evento durante años y soñó toda su vida con llegar a ver personalmente el celacanto, algo que –según declara- le ha deparado unos momentos absolutamente imborrables.