Guía de Petra
Qué ver en Petra, la ciudad rosa
Visitas y monumentos y otras cosas que hay que ver en Petra, la ciudad rosa
Djin blocks
Tumba de los obeliscos de Petra
El siq
El Tesoro del faraón
Calle de las Fachadas
El Teatro
Las Tumbas Reales
El decumanus de Petra
Qasr al Bint
Otros atractivos de Petra
Información general de Petra, la ciudad rosa
Información de interés acerca de Petra, la ciudad rosa
En medio del desierto jordano, Petra se presenta como un bello enigma revelado apenas hace algo más de un siglo; un enigma que hoy sigue asombrando y creciendo, a medida que prosiguen excavaciones que van de año en año- engrandeciendo el patrimonio visible en este territorio desértico.
Una visita por la más bella de las joyas de Jordania, con texto y fotografías de Tomás Alvarez
Localizador Petra
Información general de Petra, la ciudad rosa
Información de interés acerca de Petra, la ciudad rosa
la ciudad de arenisca
La ciudad de Petra está en el sur del territorio jordano, unos 250 kilómetros por debajo de Amman.
La ciudad se asienta en un lugar fragoso, accidentado, en uno de los bordes de la fosa del Rift, hundimiento que cruza de sur a norte el territorio africano y que se prolonga por el Mar Rojo, Mar Muerto y Valle del Jordán. Talladas a plomo en las moles de piedra arenisca destacan las fachadas de templos y monumentos funerarios, fundiéndose arquitectura y paisaje en un todo caótico con aires de extraña modernidad.
En torno a la ciudad ha crecido una aldea, Wadi Mousa, (río de Moisés), donde ya hay unos setenta hoteles en medio de una geografía desordenada; Un marco pobre para la joya que –afortunadamente- está casi totalmente oculta por montañas a esta fiebre urbanística.
Si antaño los beduinos vivían en las propias tumbas de Petra, hoy se han establecido todos en Wadi Mousa, y entre su fecundidad y la inmigración han elevado el censo del enclave desértico a unas 15.000 personas.
El Tesoro. Imagen de guiarte.com. Copyright
El pasado
Ya en el neolítico, Petra tuvo un poblado. En la cima de Umm al-Biuyara, hubo un asentamiento edomita.
Luego, en el siglo VI se estableció por allí la tribu de los nabateos, nómadas procedentes del desierto arábigo, que lograron prosperidad mediante el saqueo y el comercio.
Por el entorno pasaba la Ruta del Incienso, que proveía de éste a Roma y otros territorios, un producto caro, utilizado en fiestas, ceremonias y procesos de enterramientos.
El Imperio Nabateo llegó hasta el Mediterráneo, Siria y Arabia, controlando las rutas caravaneras. Petra debió ser algo así como la capital espiritual del mismo. Aguantó la presión romana hasta el año 106 después de Cristo. Ese año, la ciudad pasó a integrarse en la provincia romana de Arabia.
Petra se modernizó entonces, pero perdió vigor. Los nabateos declinaban en lo comercial, en tanto que florecía, más al norte, la ciudad de Palmira.
Hubo pronto un activo cristianismo en el lugar y una importante ciudad bizantina. Luego llegó la decadencia casi total bajo la dominación árabe. Aún estuvo vinculada a los cruzados durante algún tiempo y cayó en el olvido. Desapareció de la historia desde 1267 a 1812.
Restos romanos monumentales, en el decumanus. Imagen de guiarte.com Copyright
La resurrección
Jean Louis Burkhardt, nacido en Suiza en 1784, estudió el árabe y se convirtió al islam, cambiando su nombre por el de Ibrahim Bin Absukkah.
Conoció en 1812 el territorio jordano y –por alguna razón, la caravana en la que viajaba en dirección a La Meca pasó cerca de Petra, donde oyó hablar de la ciudad oculta, que nadie quiso mostrarle.
Para acceder a la misma buscó una estratagema. Vio un pequeño monumento sobre unas montañas y le dijeron que era la tumba de Aarón. Él declaró que era un peregrino y había hecho el voto de sacrificar una cabra en su honor. Finalmente, comprobado que era un peregrino y que iba a hacer un sacrificio, no le impidieron acceder hacia el interior, descubriendo la ciudad secreta, que él mismo identificó como Petra.
Burkhart no llegó hasta la cúspide donde está la tumba de Aarón; sacrificó la cabra en la parte baja, junto a las ruinas de la vieja urbe. Parece que estaba trabajando para los británicos, que pronto pusieron en marcha nuevas investigaciones sobre la ciudad.
Petra aún tiene grandes espacios por descubrir. Al fondo el farallón rocoso de las Tumbas Reales. Imagen de guiarte.com. Copyright
Direcciones de interés
Direcciones de interés de Petra, la ciudad rosa
Por suerte, en Petra no hay teléfonos...Petra es una ciudad sólo viva para el visitante Wadi Mousa, junto a Petra, no es una ciudad para vivir agradablemente; Los transportes públicos son una utopía, hay pocos lugares de cambio; el hospital es un proyecto y los precios son mayores que en el resto de Jordania (ya de por sí caros).
Tampoco brilla la gastronomía –excelente en otros puntos de Jordania- y las comidas suelen ser los típicos bufés de hotel, aunque hay que recordar que en Jordania hay excelentes frutas y verduras, bastante naturales y sabrosas.
Pero Petra merece una detenida visita.
No hay direcciones especiales para recomendar. La oficina de turismo está en la entrada del mismo recinto de la ciudad de Petra
Interior de una tumba, con el colorido fantastico de la roca de Petra. Imagen de guiarte.com. Copyright
Ocio y Gastronomía
Información relativa a las ofertas de ocio y gastronomía en Petra.
Petra ha pasado a ser un importante objetivo turístico, e incluso un lugar de rodaje de secuencias cinematográficas, como alguna película de Indiana Jones. Ahora acaba de filmar allí el escritor Juan José Benítez un documental sobre el Arca de la Alianza.
Pero la ciudad está ahora relativamente tranquila. Desde la intifada han bajado las visitas y el trasiego es más soportable, aunque menos floreciente para los negocios hoteleros.
Sin embargo Petra corre el riesgo de convertirse en un parque temático y perder su personalidad. Por un lado, ha habido momentos de una presión de visitantes altísima (hasta 3.000 visitas diarias), que debiera controlarse poniendo un tope, dirigiendo a los turistas a otras alternativas. Por otro hay que alertar sobre el cuidado en aspectos como la restauración. Es una pena ver el suelo del siq cubierto de cemento, con lo barato que hubiera sido empedrarlo a la manera romana, como estuvo antaño.
Son auténticamente chapuceros los establecimientos que hay en el interior del recinto y desmerecen de la belleza del lugar. Es lamentable que no haya más control sobre la riqueza arqueológica. Los niños venden a los visitantes cuantas monedas quieran de la antigüedad, y en el suelo hay multitud de restos cerámicos o de otro tipo, que necesitarían ser controlados y no estar a disposición del primero que los tome.
Wadi Mousa no es una ciudad atractiva para el turista. Por regla general, lo único que hace el turista es utilizar los hoteles, que son tan confortables como caros habitualmente.
La vida de la ciudad depende practicamente del turismo, puesto que no hay otros recursos de vida que éste y una paupérrima ganadería.
El territorio desértico rodea a la ciudad de Petra. Imagen de guiarte.com. Copyright