Islas Caimán, 20 de mayo de 2013
Ofrecer un trozo de comida a un animal cautivo es un pequeño gesto que puede provocar grandes cambios en sus hábitos. Científicos del Instituto de Investigación Guy Harvey de la Universidad Nova Southeastern de Hollywood y de la Universidad de Rhode Island (EEUU) han comparado el comportamiento de peces raya salvajes con los que habitan en la Stingray City Sandbar, unos bancos de arena de las Islas Caimán (UK) que reciben más de un millón de visitantes al año para nadar entre peces raya.
Los resultados de esta investigación de dos años, han concluido que las rayas de las Islas Caimán muestran costumbres diferentes a las naturales de su especie debido a la interactuación con los turistas. Estas variaciones se pueden observar en su biorritmo, en el modo de buscar comida y en el apareamiento. Las rayas habitan en aguas poco profundas cerca siempre de la costa y en zonas de clima templado. Se alimentan de noche y raramente se cruzan en el camino de otros ejemplares. El reciente estudio muestra que las rayas alimentadas por turistas comen de día, descansan de noche y llegan a atacarse entre ellas. Incluso la época de apareamiento ha variado, prolongándose durante todo el año.
Entre las actividades que se ofrecen a los turistas está incluso permitido montar encima de estos peces. Este acercamiento ha hecho que las rayas no se preocupen en buscar comida, ya que esperan recibirla de los seres humanos. El hecho es que este tipo de turismo tiene como consecuencia que los animales pierdan, por muy paradójico que suene, su instinto animal, algo que puede poner en riesgo la supervicencia de la especie.
Fuente de la información: Turismo Responsable con los animales - FAADA
Primer plano de un ejemplar de pez raya de los bancos de arena de Stingray City Sandbar, en las Islas Caimán.