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Santo Domingo de Silos

Santo Domingo de Silos, pueblo de Burgos. España

Vista nocturna del patio, con el ciprés. Santo Domingo de Silos. Imagen de www.silos.arrakis.es/index2.htm

Vista nocturna del patio, con el ciprés. Santo Domingo de Silos. Imagen de www.silos.arrakis.es/index2.htm

La duda de Santo Tomás. Santo Domingo de Silos. Imagen de www.silos.arrakis.es/index2.htm

La duda de Santo Tomás. Santo Domingo de Silos. Imagen de www.silos.arrakis.es/index2.htm

A unos 60 kilómetros de Burgos, hacia el sur de la vieja ciudad castellana. Se halla un pequeño lugar que atesora una de las mayores glorias del románico: Santo Domingo de Silos.

Ya en tiempos de los visigodos hubo allí un cenobio dedicado a San Sebastián, que en la época del conde Fernán González fue restaurado y ampliado. Pero algo después, hacia 1042, el edificio sufrió otra profundísima renovación, bajo la iniciativa de un monje nacido en Cañas, La Rioja, de nombre Domingo.

El monje pasó por San Millán y acabó impulsando la comunidad de este lugar por encargo del rey Fernando I emprendiendo una magnífica obra románica, de la que sólo quedan los claustros y la puerta de Las Vírgenes. Lo demás es ya obra de los siglos XVIII y XIX, básicamente neoclásica.

La fama de santidad de Domingo, y su canonización generaron un notable atractivo para esta comunidad benedictina, de la que fue responsable hasta su muerte, en 1073.

El cenobio estaba deteriorado en el siglo XVIII y se emprendió una restauración en 1733, que continuó hasta inicios del XIX, con participación, entre otros, de Ventura Rodríguez. Por suerte se acabaron los fondos y no se eliminó toda la obra anterior.

Destaca en el conjunto monumental el patio interior de dos pisos, de 22 por 24 metros, sumamente armónico, construido con arquerías de doble columna, salvo en el centro, donde existen sendos haces de cuatro columnas.

Son magníficos los capiteles, donde se denota una amplísima temática, en la que destacan ejemplares claramente enraizados con el arte andalusí.

En la galería norte del claustro inferior se halla el sepulcro de Santo Domingo, precedido de una estatua yacente con la efigie del monje, que descansa sobre un grupo de tres leones.

El claustro superior es también bello, aunque más sencillo y, obviamente, posterior que el de abajo.

Se recomienda también detenerse para contemplar los artesonados, del siglo XIV.

Famoso es este patio por su ciprés, emblemático árbol que ha estimulado el espíritu de poetas como Gerardo Diego.

Desde el patio se contempla una interesante imagen, en la que se puede comparar la gracia románica con la austeridad o pesadez de los muros de la iglesia y del sólido campanario del XVIII.

La iglesia es neoclásica, realizada con planos de Ventura Rodríguez. Lo mejor de ella son los cantos de los oficios por los monjes.

Entre las dependencias monacales también hay una botica dieciochesca, con bella colección de cerámica de Talavera, y un museo, en el que se exponen piezas principales que se salvaron del desastre de la desamortización, tales como esculturas mozárabes y románicas, restos del viejo monasterio, valiosas piezas de orfebrería, esmaltes, etc.

Hay en el lugar una excelente dotación de hotelería y restauración.

En las cercanías de Santo Domingo está el desfiladero de la Yecla, cañón del río Mataviejas, interesante atractivo natural, que complementa al goce espiritual obtenido en la visita al monasterio.

Otros datos de interés Hospedería del Monasterio. Información. Teléfono. 947 390049

No hay visita turística: domingos, lunes y festivos por la mañana

Página web del monasterio: http://www.silos.arrakis.es/index2.htm

Un triángulo especial: COVARRUBIAS, SILOS Y LERMA Por Miguel Moreno.

En el sureste de la provincia de Burgos hay un triángulo de arte y cultura muy accesible para los viajeros de la Nacional I (Madrid-Irún).

El inicio de la ruta puede ser Lerma, cuna del duque del mismo nombre que configuró su traza urbana durante el renacimiento español.

Merece la pena, una vez contemplado el perfil de la villa desde el río Arlanza, pasear por la enorme plaza porticada, descubrir los conventos con fachadas de limpia traza o asomarse a la Colegiata, en donde se encuentra la estatua del Duque de Lerma, aquel controvertido personaje del que se decía, en alusión a sus ascensos eclesiásticos: para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se vistió de colorado.

Si coincide con la hora de la comida, Casa Antón prepara un cordero asado con fama en Burgos, que ya es buen aval.

Covarrubias está a un cuarto de hora por la carretera comarcal 110. Es el reencuentro con un pueblo de imagen medieval, con las casas de adobe y tracería de madera, una colegiata que atesora belleza e historia y un torreón de doña Urraca que aún hoy impone por su fortaleza.

También aquí Casa Galín da bien de comer, un buen cocido por ejemplo.

Hacia el sur, apenas otro cuarto de hora en coche, Santo Domingo de Silos ofrece sus servicios hoteleros, de paz y remanso, aunque casi todos los viajeros quieren ver el Monasterio, principalmente el claustro románico, con su ciprés enhiesto surtidor de sombra y sueño. Pero no está nada mal la botica, ni la sala de arte contemporáneo, siempre que el artista de turno sea de nuestro agrado.

Antes de volver a Lerma es recomendable acercarse a La Yecla, muy cerca de Silos, un tajo natural en la roca que se puede recorrer por una pasarela colgada en

¿Dónde está Santo Domingo de Silos?

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