Museo de Historia Natural
Casi a la misma altura que el Metropolitan, pero en la otra orilla, junto a la calle Central Park West esta otro museo atractivo, creado en 1877, para mostrar la vida y la mineralogía de la tierra.
Tiene mucho interés, sobre todo para los más pequeños. Con colecciones muy interesantes sobre animales de todo el mundo, en muchos casos son disecados y otras veces son simples reproducciones en cartón-piedra. (A veces da pena ver tanto animal disecado, pues no sabemos cómo les llegó su muerte, pero casi es mejor que estuvieran vivos y aún malviviendo como en los zoológicos). En cada sala donde se muestran los animales hay ambientaciones muy logradas sobre su hábitat natural, con buenas explicaciones en lo que respecta a la fauna como a la flora. Una pena si no tenemos un vocabulario muy amplio en la lengua inglesa.
La visita está dividida por continentes. No sólo se pueden ver animales, sino también, en otras salas, los hombres que habitaban esas tierras en el pasado.
Aparte de los continentes, también hay una espectacular sala con la flora y fauna marina.
También habría que recomendar un vistazo a la sala de la biodiversidad, que es bastante pequeña, pero espectacular por su decorado y ambientación.
Es de mucho también interés la sala del espacio, pero menos visual, por lo que habrá que prestar atención a las explicaciones. Pero lo más interesante, en mi opinión, es la colección de dinosaurios, que está dividida por familias antecesoras de distintos tipos de mamíferos y aves en los que evolucionaron. Tienen un vídeo en una de las salas que se puede ver para entender un poco mejor cómo están clasificados los distintos dinosaurios y porque se ha hecho así.
El museo plantea también otras opciones para visitar, que no están incluidas en la entrada básica, como el planetario o la sala de Darwing. Existen también exposiciones temporales que se pueden visitar pagando también un extra. Así como la entrada del museo es “sugerida” y no hay que pagarla íntegra si no se desea, la entrada a los extras sí que debe abonar por completo.
Durante los días de la semana acuden muchas expediciones de escolares, por lo que la visita puede resultar un poco incómoda y ruidosa. Tal vez no sea mala idea entrar en el museo en fin de semana para tener un poco más de tranquilidad.