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Arte en las alambradas

Artemio Artigas. Valencia 24/11/2016
A lo largo de las casi 700 páginas de este volumen, Agramunt, profundiza sobre un aspecto poco conocido y estudiado dentro de la historiografía artística del exilio republicano español, el de “la experiencia concentracionaria”. El autor –muy interesado en el mundo del exilio- está preparando en la actualidad otro ensayo específicamente dedicado al “Exilio artístico español en Francia”

A preguntas de guiarte.com, Agramunt manifestó que el tema del exilio artístico se le planteó tras escribir “Arte y represión en la Guerra Civil”, libro publicado conjuntamente por la Junta de Castilla y León y la Generalitat Valenciana, en el que dedicaba un capitulo al exilio artístico como resultado de la derrota republicana de 1939.

“Tenía –dice- mucho material y decidí escribir un nuevo libro centrándome en la presencia de los artistas republicanos en los campos de concentración franceses, en los de exterminio nazis y en los gulags soviéticos. Se trata de tirar del “ovillo” de la memoria histórica y recuperar una parte inédita y desconocida de la historiografía artística española del siglo XX. “Son muy pocos los autores e investigadores que han abordado esta parte olvidada de nuestra historia artística debido principalmente a la escasez de documentación, testimonios de los protagonistas y datos”.

Respecto a las dificultades de la obra – en la que se analizan los mundos de la fotografía y el arte en general- Agramunt afirma que el gran problema que ha tenido fue localizar testimonios, pues la mayor parte de los protagonistas murieron y el contacto con sus herederos y familiares fue difícil ya que muchos de ellos se exiliaron a diversos países europeos y latinoamericanos. “A pesar de ello he conseguido muchos datos de estos artistas y fotografías inéditas, algunas de las cuales ilustran el libro”.

Recuerda el autor que varios de los grandes maestros del arte español fueron emigrantes económicos y exiliados políticos cuya lista la encabezaría Francisco de Goya, y en la que estarían entre los contemporáneos, Picasso, Juan Gris, María Blanchard, Julio González, Luis Fernández, Joan Miró, Manolo Hugué, Josep Viladomat, Josep Rebull, Rafael Barradas, Ángel Ferrant, Francisco Bores, Manuel Ángeles Ortiz, Joaquín Peinado, Fernando Viñes, Ismael de la Serna, Alfonso Olivares, y un amplio etcétera. “Gracias a ellos se pudo conocer la realidad artística de un país cerrado a Europa, sobre todo en el periodo franquista. Su participación en la Escuela de Paris catapultó el nombre de España en todo el mundo y consolidó al país como potencia artística”.

Según Agramunt, “la mayor parte de los artistas exiliados republicanos que pasaron por los campos de concentración testimoniaron en algún momento de su vida artística su paso por los campos de concentración y exterminio, destacando los nombres de Josep Bartoli. Josep Aguilera, Antonio García Lamolla. Albert Santmarti, Ramón Mila, Pablo Vecino, José Antonio Ramón Parra, Manuel Camps, Francisco Bajen, Jaime Cañameras, Orlando Pelayo, Rodolf Jauria, Eduardo Muños Orts., Ángel López Obrero, Pedro Flores, Pedro Creixam, Inocencio Burgos, Antoni Clavés, Balbino Giner García, Gabriel García Maroto, Ángel Ferrant, Manuel Colmeiro, Luis García Gallo. Antonio Camarón, Pere Calder, Salvador Soria, Pau Roig, Pablo Salen, Luis Bagaria, Francisco Forcadell, Pio Fernández Cueto, José García Álvarez, Juan Estelles, María Luisa Fernández, Fernando Teixidor, Francisca Rubio, Luis Quintanilla, Mariano Otero, Juan Hurtado, Arturo Bladé, Juan Nuri, Francisco Boix, Antonio de Guezala, Rogelio Martin, Josep Escoda, Jaume Passarell, Fernando Rahola, Manuel Gallur, y un amplísimo etcétera”.

Respecto a su próxima obra sobre el exilio español en Francia, destaca que incluye un capítulo dedicado a la presencia de los artistas republicanos en los grupos de la resistencia francesa que combatieron la ocupación nazi y también aquellos que se incorporaron al maquis tratando de desalojar del poder a Franco en los años cuarenta y cincuenta.

Igualmente dedica otro apartado a los artistas republicanos incorporados en el ejército francés durante la II Guerra Mundial y a los que se integró en las filas de la Legión Extranjera y a las fuerzas regulares de la Francia Libre y finalmente a los que formaron parte de la Novena Compañía blindada del General Leclerc que liberó Paris en 1944.

En la introducción de la obra “Arte en las alambradas”, Agramunt destaca que “Para los creadores plásticos, confinados en estos siniestros lugares donde morían víctimas del hambre, enfermedades, palizas y trabajos forzados miles de seres humanos, no parecía el escenario propicio para elaborar obras de arte, y si lo hicieron se debió a un sentimiento de repulsa y rechazo encaminado a testimoniar las tendencias más destructivas y atávicas de la miseria humana”.

“Prosperó entre los artistas una necesidad de recrear como última opción que les quedaba las imágenes del terror como si se tratase de un acto final de rebeldía que les permitía devolverles la posibilidad de recuperar su dignidad, llevar a cabo una existencia plena, conseguir un germen de esperanza y liberarse de esa sensación de impúdico aburrimiento (…) Desde una perspectiva estética, la tradicional belleza dejó de ser una categoría al disociarse esquizofrénicamente de una realidad trágica, fea y escabrosa, hecha con zarpazos, sangre y muerte, que nos recordaba nuestra ruindad moral y el primitivismo atávico que nos retrotraía a los más primitivos instintos”.

"Los artistas –escribe Agramunt- consiguieron recrear de esta manera, a escala menor, pinturas, dibujos, grabados, esculturas, maquetas, fotografías y objetos artísticos cotidianos, verdaderas metáforas visuales elaboradas con materiales muy humildes y elementales, como papeles, cartones corrugados, troncos de árboles listones, piedras de granito, cantos rodados, planchas y alambres de hierro, trozos de lona y tela, de gran valor documental y prodigiosamente ejecutadas, sin apenas herramientas, que permitieron conocer los aspectos de la vida concentracionaria desde diversos ángulos. Afloraron obras personales hechas ajenas a las modas y a las exigencias normativas o academicistas, de gran contenido literario, y caracterizadas por un afán de esquematización, de síntesis y rigor, sin florituras, surgidas del abismo más desgarrado de la interioridad”.

El autor de Arte en las Alambradas, Francisco Agramunt Lacruz. Guiarte.com

El autor de Arte en las Alambradas, Francisco Agramunt Lacruz. Guiarte.com

Portada del libro Arte en las Alambradas. Publicacions de la Universitat de València. Guiarte.com

Portada del libro Arte en las Alambradas. Publicacions de la Universitat de València. Guiarte.com

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